Rodrigo Segarra.
Fliedner Ediciones, 2013, 326 pp.
El autor de este libro, que pasó a la presencia del Señor a principios de este año 2014, nos ha dejado, creemos, su obra póstuma, después de haber escrito varios libros sobre Miguel de Unamuno, pues era un especialista de la obra del filósofo vasco. Él, como el insigne catedrático, también era Dr. en filosofía y profesor de la misma materia. Era un hombre multidisciplinar, pues había cursado además las carreras de Peritaje Mercantil, Magisterio, Ciencias Sociales, Logopedia y Preparación Física.
Esta obra es fruto de su ministerio de predicación del evangelio en que reúne 21 exposiciones dadas en diferentes iglesias y la mayoría de los temas en más de una. Al final de cada predicación se menciona el lugar donde predicó. Todo esto en la primera parte del libro. En la segunda, se recogen 3 meditaciones bíblicas que le pidió el Grupo de la Biblia de la Parroquia Sant Pere de Gavá (Barcelona) para publicarlas en su boletín. La tercera parte está compuesta de tres participaciones en mesas redondas y dos presentaciones de conferencias. Entre las partes segunda y tercera hay un interludio. En la cuarta y última parte encontramos el texto de los artículos y conferencias dadas en diversos lugares. Segarra se confiesa ecuménico, pero no el sentido de unión en una casa común, sino que emplea el término para referirse al diálogo interreligioso como “una actitud asumida con total naturalidad desde que al estudiar filosofía aprendí que el diálogo es el único instrumento adecuado para el respeto y la comprensión entre los seres humanos”. Su espíritu ecuménico, como le llama él, le llevó a disponer de una biblioteca con abundantísima literatura de las religiones del libro.
¿Qué significa el título del libro “Transeamus Contra”. Esta frase es la versión latina de la Vulgata del imperativo que da Jesús a sus discípulos en Mr. 4:35: Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. Transeamus contra, del verbo transeo, de trans y eo, ir al lado de allá, pasar al otro lado, pasar de un lugar a otro; y de contra, la parte opuesta, al frente, de frente. Por tanto, transeamus contra es la invitación de Jesús a sus discípulos –y a nosotros- de pasar con él a la otra orilla.
Segarra, humildemente, dice: “No pretendo dar ninguna lección de cómo ni qué debe predicarse, y mucho menos que esta sea la única lectura válida del Evangelio que, como manantial del que brotan aguas vivas, nunca se agota. Mi propósito es dejar claro, con humildad y respeto (1 P. 3:16), que el núcleo sobre el que debe girar toda predicación cristiana es el gozoso y liberador anuncio del eu-angelion de Jesús. Me sentiré satisfecho si el receptor de estos textos encuentra algún suculento alimento que nutra su vida testimonial. Pienso convencido, que cada una de las predicaciones ofrece, para todos, suficientes motivos para fecundas meditaciones; y para los predicadores en particular, un valioso material de ayuda en la preparación de sus predicaciones. Pero, sobre todo, mi deseo es que estas predicaciones y meditaciones ayuden al lector y a la lectora a cruzar a la otra orilla y redescubrir al Nazareno”.
Sin embargo, su obra no está exenta crítica, como cuando dice que “somos muchos los cristianos que nos preguntamos por qué las iglesias siguen escondiendo a Jesús de Nazaret”. O cuando critica a las “abstrusas mentes teológicas de haber elaborado a un Jesús irreconocible, al tiempo que manipulado, distorsionado, deformado, velado, anulado en su mensaje”. No es que sus exposiciones sean un tratado de cristología, pero contienen rasgos parenéticos en base a la persona de Jesús, sus palabras y sus obras. Su breve aportación a la hermenéutica no pasa de ser una descripción de términos y poco más. Llama la atención su conferencia sobre Religión y fútbol. Es tan actual que su lectura es como una bocanada de aire fresco frente a la idolatría del deporte “rey”. La bibliografía consta de 56 páginas, lo que nos da una idea de su enjundia.
Pedro Puigvert