Jim George.
Editorial Portavoz. Grand Rapids, Michigan, EE.UU. 2017. 220 págs.
Jim George es un autor conocido y su esposa Elizabeth George, todavía más, tienen libros escritos a dúo. Es Master en Divinidad y Master de Teología por el Seminario Talbot. Ha ejercido en distintas funciones pastorales durante 25 años y en la facultad de The Master’s Seminary durante 10 años y fue misionero en Singapur.
Comenzaremos por el final: ¡Qué bueno sería que todos los miembros de nuestras iglesias tuvieran un arraigado conocimiento de estas 50 enseñanzas!
Antes de empezar el autor dice esto al lector: “Se ha dicho que nuestras creencias dictan nuestro comportamiento. Es decir, que lo que creas sobre Dios, su revelación escrita (la Biblia) y su suprema revelación (su HIJO) definirá tu manera de vivir la vida. Mi propósito al escribir este libro sobre las enseñanzas de la Biblia es ayudarte a comprender mejor las doctrinas clave que son esenciales para tu crecimiento como cristiano. Aunque todas las enseñanzas bíblicas son importantes porque todas nos transmiten lo que Dios quiere que sepamos de él, hay algunas que son más fundamentales que otras. Por supuesto, la gran pregunta es: ¿por dónde empezamos?
He escrito Las 50 enseñanzas más importantes de la Biblia para ayudarte a encontrar ese “punto de partida”. A medida que vayas leyendo, ten en cuenta que las enseñanzas expuestas en este libro no siguen un orden de importancia. Y dado que el propósito de esta obra es ofrecerte los elementos básicos, si quieres profundizar más, tendrás que recurrir a otras fuentes para obtener más información sobre un tema determinado.
Pido a Dios que este volumen, unido a tu lectura y estudio personal de la Biblia, te ayude a satisfacer el deseo de Dios de que crezcas “en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.” (2 P. 3:18).”
Con claridad y sencillez desarrolla cada uno de los temas con subdivisiones y sugerencias prácticas: “El Señor no solo creó el mundo, sino que también fue su salvador. Quizá desees hacer una pausa en este momento y adorarle elevando una oración de acción de gracias y alabanza a su nombre por su disposición a morir en la cruz para sufrir el castigo por tus pecados. Luego pídele que te fortalezca y te ayude a obtener la victoria sobre el poder del “pecado que nos asedia” cada día (He. 12:1).” Al término de cada tema una reflexión aplicación de lo aprendido, titulada: ¿Qué significa esto para tu vida? “ ¿Has entendido la gracia de Dios en la salvación como una oportunidad para relajarte, tomártelo con calma y “dejar que Dios”, obre su magia en tu vida? El crecimiento espiritual no funciona así. Dios te salvó y empezó la obra de la santificación por medio del Espíritu Santo, que mora en ti; pero tú aún tienes que hacer tu parte. Debes “ocuparte de tu salvación”, esforzarte por caminar según el Espíritu y llevar una vida santa y que honre a Cristo. Todo esto te costará algo de sufrimiento necesario para obtener el crecimiento espiritual.
No, tú no estás obrando para obtener la salvación; de eso ya se ocupó Cristo mediante su muerte a tu favor. Pero debes esforzarte por honrar y complacer a Dios mientras te tenga en este mundo. De modo que “(prosigue) a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Fil. 3:13-14). ¿Cuál es ese premio? Es el aspecto más emocionante de la santificación: la santificación definitiva. Esto es lo que conseguirás plenamente apartado para Dios en el cielo. Por tanto, debes aceptar con alegría que en la vida espiritual, sin esfuerzo no hay progreso:”
“Crece espiritualmente. ¿Cómo? Veamos una lista breve: confiesa tu pecado; obedece la Palabra de Dios; camina conforme al Espíritu; crece en gracia y en conocimiento; pide ayuda a otros; adora con el pueblo de Dios; evalúa tu progreso; da gracias siempre.
Ten confianza. Dado que Dios ha prometido que estás seguro en él, puedes estar confiado en que tu destino eterno está completamente asegurado. Dios, que te ama incondicionalmente, no deja nada al azar. Él se asegurará de completar lo que ha empezado a hacer en tu vida.
Y aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por los siglos. Amén. (Jd. 24-25).
Es una lástima, que por poco, el autor no completase un año semanal, (período que muchas iglesias disponen para admitir a un nuevo miembro) para que pudiesen asimilar, o mejor, memorizar, los ¿Qué significa esto para (mi) vida? los cristianos principiantes.
E.V. Giró