La religión de Jesús

Print Friendly, PDF & Email

religioJosé Mª Castillo.
Bilbao: Desclée de Brouwer, 2013, 733 pp.

Este libro, presentado de forma semejante a los calendarios de taco, contiene pasajes de los cuatro evangelios que se incorporan al libro y seguidamente el autor hace un comentario con relación al texto del encabezamiento, texto que reproduce tres o más versículos de un capítulo de un evangelio. El comentario no tiene carácter exegético, sino más bien,  práctico. Como lo explica el autor: “De ahí que la pregunta decisiva que brota de la atenta meditación de estos comentarios a los evangelios no es: ¿En que cree Vd?, sino más bien, ¿Cómo vive Vd?” La intención de esta obra es proveer al fiel católico de unas lecturas diarias, texto y comentario, para guiar su vida diaria, como lo explica en la presentación, el autor: “Si leemos los evangelios, lo que  interesa no es saber si Lázaro estaba muerto y Jesús le devolvió la vida, sino enterarnos de lo que significa, para nuestra vida, la conducta de Jesús, que no pudo soportar la ausencia de Lázaro, y que causó que las autoridades del Sanedrín decidieran matarle. Así, en efecto, termina el capítulo del evangelio de Juan que relata el episodio de Lázaro. Resucitar a un difunto es un hecho portentoso. Hacer eso de forma que a uno le cueste la vida, es un hecho ejemplar. Este libro pretende hacernos pensar, no en la “veracidad” de la vida de Jesús, sino en su “ejemplaridad”. Lo que importa no es saber lo que hizo Jesús, sino vivir como vivió Jesús”. Cada autor puede plantear su obra como considere conveniente, sin embargo, nosotros creemos que la parénesis debe surgir de la correcta interpretación del texto bíblico, de lo contrario se puede incurrir en subjetivismos sin fundamento alguno, como ocurre con ciertos comentarios que  hace el teólogo Castillo de algunos pasajes, del que tenemos una muestra en el ejemplo que  cita en la presentación. ¿De dónde surge la idea de que Jesús no podía soportar la ausencia de Lázaro? El texto enseña que Jesús amaba a Lázaro, pero lo otro es conjetura.  Otro ejemplo: en el comentario al episodio en que Jesús sana al siervo del centurión, lo que destaca el texto es la fe del centurión, pero la reflexión que hace el autor gira en torno al pensamiento  que las religiones son excluyentes.

El contenido del libro está estructurado sobre la base del calendario litúrgico, empezando con Adviento (del 1 al 24 de diciembre), le sigue la Navidad (del 25 de diciembre al 12 de enero), luego el llamado tiempo ordinario (del 13 de enero al 8 de marzo y del 9 de junio al 29 de noviembre), a continuación Cuaresma (del 9 de marzo al 13 de abril), Semana Santa (del 14 de abril al 19 de abril)  y Pascua (del 20 de abril al 8 de junio). Todas estas fechas están referidas a los años 2013 y 2014 que completan un año litúrgico. Cada porción está organizada de la siguiente manera: En el encabezamiento,  formado por una línea, hay en primer lugar la fecha y el día de la semana, seguido por la indicación litúrgica; por ejemplo: 1 de diciembre-domingo     1º de Adviento. Después de una línea en blanco, la cita del evangelio (Mt. 24:37-44) seguida por la trascripción de estos versículos. A continuación el comentario dividido en tres puntos. Evidentemente, los comentarios están más sujetos al dogma católico, que al texto bíblico, al carecer de una exégesis básica. Por ejemplo, el 1 de enero la cita es de Lc. 2:16-21, que es el relato  de  los pastores contando lo que habían visto y oído en Belén; pues bien, el título de esta porción es: “Santa María Madre de Dios”, pero el comentario, aparte de la mención a que este día la iglesia católica lo dedica a la veneración de María, es una crítica a la Biblia porque a Dios se le presenta como  varón, como Padre. Para contrarrestar esta influencia, las mil devociones a la Virgen María, tienen, entre otras cualidades, la función de ocupar el vacío de lo “maternal” y de “lo femenino”. Esta es una visión deformada del Dios de la Biblia, pues no solo hay analogías masculinas para poder entender la naturaleza y las obras de Dios, sino también femeninas, pues a Dios se le compara con una madre (Is. 49:15); al dolor materno que afecta a las entrañas de Yahweh, afligido por el hijo de su amor (Is. 42:14); Dios está predispuesto a la compasión y la ternura infinita (Is. 14:1, 63:15, Sal. 77:10, 79:8). Es suficiente.

Consideramos que todo lo que sirva para fomentar el conocimiento de la Palabra de Dios es bueno y útil, pero discrepamos de buena parte  de las aplicaciones que hace el Dr. Castillo de los textos sobre los que supuestamente basa sus comentarios, como hemos visto en el ejemplo citado en el párrafo anterior y dudamos de su ejemplaridad.

Pedro Puigvert

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *