La Biblia en la literatura Hispanoamericana

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Edición de Daniel Attala y Geneviève Abry.
Editorial Trotta,  Madrid, 2016. 614 págs.

“La Biblia en la literatura hispanoamericana, último volumen de la serie dirigida por Gregorio del Olmo Lete y cuyos tres tomos anteriores versaron sobre la literatura española, investiga de manera sistemática la influencia que ha ejercido la Biblia en la historia de la literatura hispanoamericana, en sus diferentes épocas, géneros y autores. En cuanto al volumen que nos ocupa evidencia que más allá de su dimensión doctrinal y religiosa, la Biblia —tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento— ha sido un acervo de gran riqueza para las literaturas de la América hispánica. El fenómeno no se limita a las épocas del Descubrimiento, la Conquista y la Colonización, sino que se extiende hasta el siglo XXI. Una suma enorme de historias, figuras, códigos genéricos y símbolos bíblicos ha sido tratada por los escritores más dispares —y sea cual sea su orientación ideológica— de modos extremadamente diversos, desde la escritura seria hasta la inversión paródica y la sátira. Y sin embargo, aunque en parte sea evidente, la presencia de la Biblia en la literatura hispanoamericana también ha sido ocultada y escamoteada por la crítica.” (Nota editorial).

Por ello,  sin ser exhaustivo, este es el primer intento sistemático de ofrecer un panorama amplio de la presencia de la Biblia en la literatura hispanoamericana. Es su vocación, además, trazar líneas que puedan servir a futuros investigadores a  completar el cuadro.

Este tomo, coordinado por Daniel Attala y Geneviève Fabry, está organizado en tres partes: «Del Descubrimiento al siglo XIX: hitos»; «Del Modernismo al siglo XX: grandes tendencias», y «Del siglo XX al siglo XXI: teselas de un mosaico incierto».

La primera –Del Descubrimiento al siglo XIX: hitos– reúne ocho capítulos sobre distintos autores y fenómenos del largo período señalado. Tres capítulos tratan en efecto de un autor en particular: «La Biblia y el proyecto político-religioso de Cristóbal Colón», por Juan Luis de León; «Sor Juana Inés de la Cruz o los tropos de la fe», por Dardo Scavino y «Biblia y humanismo en los letrados coloniales del siglo XVIII: la Historia antigua de México, del jesuita Francisco Javier Clavijero», por Pablo Carrasco. Los cinco capítulos restantes buscan ofrecer una visión panorámica de diversos fenómenos característicos, algunos más conocidos que otros por la crítica, en particular según la perspectiva aquí adoptada de la intertextualidad bíblica: «La Biblia en los cronistas de Indias (Nueva España)», por Juan Francisco Maura; «El papel de la Biblia en la evangelización de los pobladores andinos (siglos XVI y XVII)», por Claudia Brosseder; «La Biblia en el teatro de los siglos XVI y XVII», por Bea-triz Aracil Varón; «La Biblia en la literatura de la Revolución de Independencia», por Anne Kraume, y «La Biblia en la narrativa femenina argentina de mediados del siglo XIX», por Hebe Molina.

La Segunda Parte –Del Modernismo al siglo XX: grandes tendencias– aborda temas rara vez estudiados desde nuestra perspectiva y menos aún de un modo sintético o abarcador. Tiene ocho capítulos, en el primero de los cuales José María Martínez Domingo se ocupa del primer gran movimiento literario nacido en Hispanoamérica: «La Biblia en el Modernismo: el Gran Código y la crisis finisecular». Luego Gustavo Zonana estudia «La Biblia en la poesía posmodernista», en tanto que Geneviève Fabry, siguiendo con la progresión, se centra en «La Biblia en la poesía hispanoamericana posterior a las vanguardias».

Ya fuera del marco de la poesía, tres géneros distintos son abordados en cuatro capítulos: «Modos del paradigma apocalíptico en la narrativa urbana rioplatense», por Cecilia González; «De la narrativa del medio siglo al boom: los casos paradigmáticos de Asturias y Carpentier», por Geneviève Fabry; «La Biblia en el teatro del siglo XX», por Federico Zurita Hecht, y «Ensayo lhispanoamericano, Modernidad y sentimiento de lo ‘sagrado’», por Claudio Maíz.

Finalmente la Tercera Parte, que han titulado Del siglo XX al siglo XXI: teselas de un mosaico incierto, se adentra en el siglo XX hasta llegar a autores cuya vigencia aún actual nos autoriza a adscribir sus obras a los inicios del presente siglo. Se trata de estudios generalmente más breves que tienden a destacar la variedad extrema de las modalidades discursivas de la intertextualidad  bíblica en la literatura contemporánea: desde la religiosidad teñida de ideales sociales en César Vallejo o José María Arguedas, hasta la postura iconoclasta de Fernando Vallejo. Los cuatro primeros capítulos van dedicados a escritores (tres de ellos inmensos poetas) vinculados de alguna manera con la vanguardia y su estela: Carmen de Mora estudia la Biblia en la obra del peruano César Vallejo, Daniel Attala en la del argentino Jorge Luis Borges, Gustavo Zonana en la de la poetisa Olga Orozco y Selena poeta chileno Pablo Neruda. Los últimos capítulos están consagrados a narradores: Carlos González Boixo estudia las obras de Juan Rulfo, Lucero de Vivanco la de José María Arguedas, Carla Fernandes la de Augusto Roa Bastos, Kristine Vanden Berghe la de Gabriel García Márquez y Jacques Joset la de Fernando Vallejo.

En cuanto a los editores decir que Daniel Attala, es doctor en Filosofía (Universidad Pompeu  Fabra, Barcelona, España) y en Literatura Hispanoamericana (Universidad de Grenoble 3, Francia). Enseña en la Universidad de Bretagne-Sud (Francia) y es autor de numerosas obras.

Geneviève Fabry es catedrática de Literatura Española e Hispanoamericana en la Universidad Católica de Lovaina (Louvain-la-Neuve, Bélgica). En los últimos años, se ha dedicado al estudio de la resemantización de las fuentes bíblicas y místicas en la literatura contemporánea, especialmente en la poesía argentina y chilena.

En definitiva, podemos decir que la serie en general y este volumen en particular evidencia que todavía hoy, en nuestras sociedades occidentales caracterizadas, desde hace cierto tiempo, por el carácter más o menos laico de sus constituciones políticas y la secularización creciente de la cultura, la huella bíblica es omnipresente en los textos literarios, filosóficos, morales e incluso políticos. Y ello hasta tal punto, que muy a menudo dicha presencia es perceptible a simple vista, como se ve en los ejemplos de títulos citados en esta obra. Por el contrario, lo que casi nunca es fácil de descubrir es el sentido que se debe atribuir a dichos fenómenos de intertextualidad. En efecto, ¿en qué medida la Biblia puede (todavía) ser considerada una referencia común útil a la hora de definir el estatuto de lo literario en las sociedades occidentales?

¿Utilizamos idéntico concepto de literatura cuando lo aplicamos a las Escrituras religiosas y a la literatura en sentido lato? ¿Cómo explicar la existencia de obras que persisten en citar, recrear o parodiar el texto bíblico? ¿Cómo podemos, todavía hoy, escribir y leer novelas sobre Caín o sobre Judas, poemas sobre el hijo pródigo o sobre María Magdalena, discursos políticos que recurren a viejas figuras apocalípticas o a la idea de sacrificio como camino de redención? ¿Cómo es posible que la Biblia pueda ser aún objeto de tales reescrituras literarias, de tales citas, de tales pastiches, en textos de exhortación política o moral? ¿Qué fines se proponen esas reescrituras y esos usos? Lo bíblico, ¿constituye un simple referente cultural inevitable pero neutro, o se trata de un préstamo todavía cargado de sentido e incluso constitutivo de la significación profunda de ciertos textos? ¿Se puede hacer una distinción clara entre referencias literarias conscientes e inconscientes a lo bíblico? ¿Cómo, por otro lado, hay que entender los diferentes tipos de presencia de lo bíblico en un texto? Todas estas preguntas y muchas más pretenden, de forma informada y erudita, dar respuesta esta obra que vale la pena leer.

Pedro Pérez,

 

 

 

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