Intrigues i poder del Vaticà

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Vicenç Lozano.
Raval Edicions, SLU, Pòrtic, 2021, 463pp.

La obra del periodista e historiador Vicenç Lozano, corresponsal de TV3 especialista en Italia y el Vaticano que vamos a reseñar, te deja boquiabierto porque no es una novela, pero algunos capítulos muestran que la realidad supera la ficción, como por ejemplo el titulado “Un prostíbulo en la Santa Sede” o “Pederastia, un tumor que no tiene curación”. Han  aflorado muchos escándalos en el catolicismo  en el mismo Vaticano y el de la pederastia ha sido uno de los más inmorales, pero hay otros que no se quedan atrás. Parece increíble que una iglesia que se tiene por santa,  cuyos obispos piensan que son sucesores de los apóstoles y su máximo dirigente pretende ocupar el lugar de Cristo en la tierra, por lo que narra este libro es la sociedad secreta más corrupta que hay en el mundo y que su cúpula dirigente, la curia,  alcanza niveles de podredumbre que se puede equiparar con las mafias. Dice Lozano que hay un dicho en Roma que sentencia: “Se i sampietrini parlassero…” que equivale a “si las piedras hablasen…”. Los sampietrini son los adoquines que se colocaron por primera vez hace quinientos años para pavimentar la plaza de san Pedro. De ahí toman el nombre. Hasta ahora eran testimonios mudos de tantas historias y miserias, pero ahora hablan en forma de filtraciones, redes sociales, etc., y es más difícil ocultar sus secretos. Aparte de eso, el autor ha conocido y vivido en persona algunas de las historias que narra.

El libro está formado por 24 capítulos y un anexo. Lozano no quería escribir un libro de historia vaticana, ni tampoco un ensayo erudito, sino que ha escrito un libro periodístico de investigación, ágil y divulgativo. Y lo ha logrado, porque a pesar de sus muchas páginas su lectura es amena como si de una novela se tratase y que llevado al cine tendrían que considerarlo no apto para menores. Cita a san Agustín del que dice que es el padre del escolasticismo, pero en realidad se considera como tal a Anselmo de Canterbury y no al obispo de Hipona.

Se inicia el libro con un tono alto porque el primer capítulo lleva por título “Todo sagrado y casi todo secreto”. Comenta que un buen amigo suyo que trabaja en el Vaticano y forma parte de la Curia se puso a reír cuando le insinuó algunas de las cosas que intenta explicar en este libro, “porque no es fácil hablar de según qué personas, de según qué hechos, de episodios que han quedado inmersos en una espesa niebla”. Su amigo le dio este consejo: “Hay cosas del pasado y también del presente que es mejor que no se remuevan mucho, pues se corre el riesgo de hacerse daño”. Un compañero del autor, a los pocos días de empezar a trabajar en la Sala Stampa de la Santa Sede, le dijo: “Aquí, todo lo que no es sagrado es secreto”. Un cardenal que vivía en un lujoso apartamento en medio de los jardines vaticanos le dijo: “Aquí tenemos  el Papa, los cardenales,  obispos, funcionarios, jardineros y guardias suizos. Esto es el Vaticano. Después hay periodistas, sí, pero estos se han de quedar siempre fuera. Aquí no queremos gente removiendo debajo de las alfombras”.

Es conocido por la mayoría que la corresponsal de TVE, Paloma Gómez Borrero era una periodista que llamaba la atención por su entusiasmo con que  hablaba del Papa, por lo que algunos la llamaban “Papaloma”. Lozano, escribe sobre ella y la pone muy en alto por haberle ayudado en diversas circunstancias. También se refiere a los funcionarios del Vaticano que tienen un sueldo semejante a los del estado italiano. Los cardenales que viven intramuros, no tienen sueldo, pero reciben lo que se llama piatto cardenalizio, que oscila entre 5000 y 6000 euros mensuales, acompañado de un palacio o un apartamento gratuitos, personal a su servicio gratis y comprar en el economato con un 20% de descuento sobre precios que son prácticamente de coste. Una vez le dijo Jon Sobrino, “Tener un cargo en la cúpula de la Iglesia ha llevado a muchas personas a pensar que su carrera ha llegado a la cumbre. Muchos para llegar han tenido que dejar numerosas víctimas y también muchas convicciones por el camino. Cuando ejercen, de hecho no se gustan ni a sí mismos, por más que a todos les parezca que lo que dicen y lo que hacen sale de dentro de aquellas almas atormentadas”.

El Vaticano dispone de un archivo que no es accesible en buena parte a los investigadores y que por tanto, llevaba el nombre de Archivo Secreto del Vaticano, pero el papa Francisco se lo ha cambiado por el de Archivo Apostólico Vaticano, pero sigue siendo secreto y sobre todo enorme, pues tiene 85 km de estanterías situadas en buena parte en un búnker subterráneo a prueba de bombas y desastres naturales. Francisco ha desclasificado documentos más actuales y algunos investigadores  e historiadores autorizados pueden consultar documentos muy antiguos. Pero asuntos como el atentado contra Juan Pablo II o la muerte de Juan Pablo I, permanecen en el secreto absoluto. Precisamente uno de los más celosos que han guardado es el de la muerte de Juan Pablo I. Cuenta Lozano que tras reiteradas negativas de decir algo el médico que fue  el primero en ver el cadáver, finalmente, un día después de una opípara cena regada con buen vino, se le escapó al galeno una frase reveladora: “observé que los labios y la lengua del Papa tenían un sospechoso color morado”.  De ahí se deduce que el vaso de leche que tomó antes de acostarse contenía probablemente cianuro, puesto ahí por una mano negra  de parte de los que no  querían que emprendiera reformas. La monja que le sirvió el vaso de leche desapareció del Vaticano  y se la llevaron a un convento para que no fuera localizada. Lozano, apunta directamente al arzobispo Marcinkus como responsable intelectual de la muerte de Juan Pablo I. Dicho arzobispo era el que controlaba las finanzas del Vaticano y ya había tenido una confrontación con el Papa cuando este era el patriarca de Venecia y ahora temía por su continuidad en el cargo.

Otros temas de interés que se exponen en el libro son: la mafia y la banca vaticana en que también estaba metida la masonería, la logia P2; sobre el que fue siete veces primer ministro de Italia, Giulio Andreotti, conocido como “el Papa negro” que participó en una confabulación para escoger e imponer un pontífice anticomunista convencido,  que fue Juan Pablo II. Con ironía, Lozano dice: “Una vez más, el Espíritu Santo había sido el invitado de piedra en un Cónclave. Andreotti había sabido sobrevolar la Capilla Sixtina con mucha más audacia”. Uno de los hechos que pone de relieve la catadura moral del Vaticano y, por ende, de la iglesia católica, es la canonización de Juan Pablo II; dejando de lado que fue una canonización exprés, porque a los pocos días de su muerte ya se inició el proceso de beatificación y para contentar a reformistas y conservadores, Francisco lo subió a los altares juntamente con  Juan XXIII. Pero Wojtyla tiene una enorme mancha en su expediente que, aún desde el punto de vista católico,  era indigno de este reconocimiento. No se puede pasar por alto que Juan Pablo II protegió al sacerdote mexicano Marcial Maciel fundador del movimiento Legión de Cristo que gozó de un período de esplendor durante el pontificado de Wojtyla. Este personaje fue denunciado por abusos sexuales a menores y a los seminaristas de sus instituciones, pero el Papa polaco no quiso hacer caso de ellas. Además, Maciel  llevaba una doble vida, con varias amantes con  las que tenía al menos seis hijos. La Legión de Cristo contaba con unos mil sacerdotes y otros tantos seminaristas (cf. Juan G. Badoya, El País 02-01-2019).Un caso que todavía no está resuelto, por el silencio vaticano, es la desaparición de la niña Emanuela Orlandi, hija de un funcionario de la Prefectura de la Casa Pontificia.

En el libro también se trata el cisma ultraconservador del obispo Lefebvre; la muerte de Wojtyla y elección de Ratzinger como Benedicto XVI. El escándalo Vatileaks que se basaba en tres pilares fundamentales: la lucha de poder, el escándalo económico y el escándalo sexual. El primero tiene que ver con la elección de un nuevo Papa tras la renuncia de Benedicto XVI; el segundo con la Banca Vaticana en que hay cuentas vinculadas a la mafia, al tráfico de armas y de drogas; el tercero es relativo a encuentros y prácticas sexuales aberrantes en los apartamentos privados dentro del mismo Vaticano. Benedicto XVI y su renuncia al pontificado, comentarios. Por cierto la noticia la dio la periodista Giovanna Chirri, no Giovanni como pone en el libro que es Juan, sino Juana, que era de los 4 periodistas presentes era la única que conocía el latín, pues Benedicto XVI hacía sus declaraciones oficiales en latín. Bergoglio el papa “marxista”, su elección y una valoración de su pontificado son otros temas que se exponen.

El libro termina con una entrevista a Jordi Bartomeu el “flagelo” de los pederastas, encargado de investigar para Francisco los abusos sexuales a menores realizados por el clero de la iglesia católica. Un libro excelente para conocer más a fondo lo que pasa en este pequeño país llamado Vaticano que se superpone con el gobierno de la confesión religiosa llamada iglesia católica, una confesión que tiene unas características que la acercan más bien a una secta.

Pedro Puigvert

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