Joseph Ratzinger/Benedicto XVI - Herder Editorial, Barcelona, 2012, 135 págs.
Antes que ningún lector avispado pueda creer que este libro se editó para aprovechar el revuelo que originó la renuncia al papado de Benedicto XVI, hemos de aclarar que ya estaba a la venta meses antes de que se conociese la información de tal hecho histórico moderno que se convirtió pronto de una noticia mediática.
El Prólogo a este libro está tomado de unos fragmentos del Prólogo de Introducción al cristianismo, obra editada por Ediciones Sígueme en 2007, en el se dice que: “La religión ha vuelto a ser moderna (…). En las grandes jornadas mundiales de la juventud (…) la fe se hace experiencia y brinda el gozo de la comunidad. Se participa de algo así como un éxtasis, en el buen sentido, se difunde (…). No se diría que es solo cuestión de un instante. A menudo lo es, sin duda. Pero también puede tratarse de un instante que es punto de partida y que pone en camino. Algo parecido a lo que pasa en los movimientos que han ido surgiendo sin cesar en los últimos decenios. También aquí la fe se convierte en una forma real de vida, en alegría por emprender la marcha y participar en el misterio de la levadura que todo lo penetra y lo renueva desde dentro. Asimismo los lugares de apariciones pueden transformarse, en definitiva, si hay en ellos un núcleo sano, en impulsos para acometer de nuevo y de manera sobria la búsqueda de Dios. Quien esperaba que el cristianismo llegaría a ser un movimiento de masas se ha visto defraudado. Pero no son los movimientos de masas los que llevan en sí la promesa del futuro. El futuro se construye donde los hombres se encuentran mutuamente con convicciones capaces de configurar la vida. El futuro provechoso prospera allí donde estas convicciones proceden de la verdad y conducen a ella.” (Joseph Ratzinger).
Unas cuantas reflexiones, -que tal parecen, frases para reafirmar o refrescar lo que se haya aprendido en la obra completa, o trozos para despertar el interés a la lectura de la misma- nos darán una idea del pensamiento de Joseph Ratzinger-teólogo: “La fe es una decisión por la que afirmamos que en lo íntimo de la existencia humana hay un punto que no puede ser sustentado ni sostenido por lo visible y comprensible, sino que linda de tal modo con lo que no se ve, que esto le afecta y aparece como algo necesario para su existencia”. “Una vez que he contrapuesto los conceptos permanecer-comprender a saber-hacer, voy a referirme a un texto bíblico fundamental sobre la fe, que es imposible traducir, pero cuyo sentido profundo trató Lutero de expresar en esta frase: ‘Si no creéis, no permaneceréis’. Literalmente, podríamos traducirla así: ‘Si no creéis (si no os apoyáis en Yahvé), no tendréis apoyo’ (Isaías 7:9)”. “Creer cristianamente significa comprender nuestra existencia como respuesta a la palabra, al logos que todo lo sostiene y soporta. Significa afirmar que el sentido que nosotros no podemos construir, que solo nos es dado recibir, ya se nos ha regalado, de manera que lo único que tenemos que hacer es aceptarlo y fiarnos de él”. “Afirmamos así, aunque sin darnos cuenta, que el puro pensar es más grande que el amor, mientras que el Evangelio y la idea cristiana de Dios corrigen a la filosofía y nos hacen ver lo contrario, que el amor es más grande que el puro pensar. El pensar absoluto es un amor, no una idea insensible, sino creadora, porque es amor”. “Aquí está la clave de la profunda necesidad de este escándalo inaudito que es la fe en que un individuo, uno solo, Jesucristo, es la salvación del mundo. El individuo es quien salva a la totalidad, y esta recibe su salvación exclusivamente del individuo que lo es verdaderamente y que justo por eso deja de ser solo para sí”. “No matarás, no cometerás adulterio, no jurarás en falso. Cuando uno se mira solo por encima, todo parece fácil, tiene la impresión de que todo está en regla. Al fin y al cabo, no he matado, no he cometido adulterio y no he jurado en falso, Pero Jesús profundiza y lleva hasta el final estas exigencias, vemos que el hombre sí ha hecho tosas esas cosas cuando es rencoroso, cuando odia, cuando tiene envidia, cuando codicia, cuando no perdona”. “En el principio del amor está también incluido el principio de la esperanza que, superando el instante y su aislamiento, corre en busca del todo. Nuestras reflexiones nos llevan de la mano a lo que dice Pablo sobre los pilares de lo cristiano: ‘Ahora subsisten estas tres cosas: la fe, la esperanza, el amor, pero la más excelente de todas es el amor’ (1ª Corintios 13:13) “. “El mundo nuevo que se describe al final de la Biblia, con la imagen de la Jerusalén celestial, no es una utopía, sino la certeza que nos ofrece la fe. El mundo ha sido redimido, Esa es la certeza que sostiene a los cristianos y que hace que hoy siga valiendo la pena ser cristiano”.
Como decíamos al principio, el contenido, total, de este libro, se extrae de: Introducción al cristianismo. Ediciones Sígueme, 2007. Traducción de José L. Domínguez Villar. En ningún sitio se nos dice quien es el autor de la selección.
E.V. Giró – Barcelona