Joel Marcus.
Salamanca: Ediciones Sígueme, 2010, 438 pp.
Se trata del primer volumen de un comentario al evangelio de Marcos (cap. 1-8), que ha sido proyectado para reemplazar al de C.S. Mann, del año 1986. Incluye una introducción general a la obra, la traducción, notas y comentarios a Marcos 1:1- 8:21, tres apéndices y una bibliografía. El segundo volumen incluirá la traducción, notas y comentario a Mr. 8:22-16:8, con apéndices suplementarios, un glosario adicional, una bibliografía y los índices correspondientes para los dos volúmenes. Debemos decir que para la traducción del texto bíblico se ha usado la versión de la Casa de la Biblia y para otros textos se han empleado traducciones ya existentes, como por ejemplo la de A. Díez Macho para Apócrifos del Antiguo Testamento, la de F. García Martínez para los textos de Qumrán y la C. del Valle para la Misná. En el texto se indica cuando la traducción del texto griego es del autor del comentario, Joel Marcus.
Editorial Sígueme destaca por la magnífica presentación de las obras que publica y la que estamos considerando no es una excepción, sino que por el contrario al haberse editado en tapa dura es una muestra de querer preservar la importancia del libro que encierra. Otra característica de dicha editorial es que ofrece las mejores obras de los más destacados teólogos protestantes, siendo de inspiración católica, cuya propietaria es la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos. En este caso, el autor Joel Marcus es profesor de la Duke Divinity School de Durham (Nueva Carolina) que pertenece a la Iglesia Metodista Unida. En ella enseña Nuevo Testamento y Orígenes del cristianismo. Anteriormente ha enseñado en la Universidad de Glasgow y en el Seminario Teológico de Princeton, siendo también autor de varias obras.
Precedido por un mapa de Palestina en la época del NT, encontramos la traducción de los primeros 8 capítulos hasta el versículo 21. En el original inglés de este libro, “la traducción es una versión casi literal del texto, tan literal que refleje la aspereza de la gramática de Marcos, así como algo del poderío de su rudeza”, nos dice el autor. El libro sigue el formato tradicional de la colección The Anchor Bible. Las notas explican las opciones que se han tomado en la traducción, destacan los problemas exegéticos relacionados con algunas palabras y frases, incluyendo algunos problemas sobre el texto, y transmiten informaciones técnicas. El comentario es la parte central del libro y el autor dice que “esta es la sección que desea que puedan leer todos”. La bibliografía, como es lógico, es de obras en inglés aunque se mencionan las ediciones disponibles en castellano, ocupa 32 páginas. Es una bibliografía amplísima, prácticamente una biblioteca, pues se mencionan unos 900 libros aproximadamente. Como se editó en inglés en el año 2000, todos los títulos son anteriores a esta fecha; mayormente fueron publicados durante el siglo XX, aunque también se mencionan libros del siglo XIX.
Al lector de los evangelios le suele llamar la atención el relato de la curación del paralítico que fue llevado a Jesús en una camilla practicando una obertura en el techo de la casa. En esta obra, las notas explicativas a determinados términos aparece en castellano y después entre paréntesis el texto en griego. Veamos como funciona en este caso: “partieron la techumbre [apestegasan tên stegên]. El acceso al tejado, que sería necesario para realizar las reparaciones y para disfrutar de la suave brisa de la noche en el verano, debería hacerse a través de una escalera exterior de madera. Los tejados de las casas de la gente sencilla, en Israel, estaban construidos con tablones de madera, colocados sobre muros de piedra o de adobe; los tablones se cubrían con cañas, con planchas de ramas entrelazadas y varios centímetros de barro seco”. Sin embargo, encontramos a faltar aquí una comparación con los otros sinópticos y seguramente la explicación de la nota y del comentario variaría. De todas formas, estas notas explicativas son sumamente útiles para el estudio del segundo evangelio. El comentario del pasaje sigue a continuación de las notas textuales.
El autor sigue la línea de los que ven a Marcos como un evangelista que modela de un modo creativo las tradiciones que ha recibido. Si estas tradiciones son apostólicas no hay nada que objetar, pero si como da a entender que le han sido transmitidas por la Iglesia, tenemos un problema. ¿La tradición apostólica surge de la Iglesia o la Iglesia emerge de la tradición apostólica? Por otro lado, llega la conclusión que “quienquiera que fuera el autor del evangelio, parece que escribió su obra, primero y ante todo, para la comunidad cristiana a la que pertenecía”. Llama la atención que dedique mucho espacio para negar la autoría de Juan Marcos y en cambio acepta varias teorías sobre otros personajes que podrían ser autores del segundo evangelio.
Por último queremos señalar la importancia de los tres apéndices que se hallan en la parte final de libro: el primero trata de los escribas y fariseos, el segundo sobre el secreto mesiánico y el tercero sobre el Hijo de Hombre, que es el título más frecuente de Jesús en este evangelio, pero su exposición es bastante decepcionante. Finalmente, hay un glosario muy útil para los que no dominen términos teológicos, gramaticales y simplemente literarios en relación con algunos documentos.
Es un comentario interesante que sobre todo puede ser útil para seminarios, escuelas e institutos bíblicos. En lo académico, como ya es usual desde hace años, las obras de este tipo, en lo referente a la introducción bíblica, participan de los postulados de la alta crítica. Por ejemplo, en el apéndice sobre el Hijo de Hombre, menciona a Daniel, porque eso es necesario al encontrarse este título en dicho libro, pero dice que fue escrito en el año 167 a.C. Entonces no es un libro profético, sino una ficción histórica compuesta en la época macabea. Rasgos parecidos se pueden encontrar en varias partes del comentario con relación a Marcos.
Pedro Puivert