Alexander Schmemann.
Ediciones Sígueme. 2020, 110 pp.
El subtítulo centra el tema del libro: El sentido de la resurrección cristiana. Es el nº 44 de la colección Nueva Alianza minor. Es aleccionador que un libro, que en el título lleva la palabra muerte, sin embargo, el énfasis recae sobre el término victoria. Según los editores, “la primera parte de este libro reúne las meditaciones que el padre Schmemann difundió a través de Radio Libertad para los oyentes que vivían en Rusia durante la época comunista. La segunda parte fue añadida por el autor para la segunda edición inglesa. Corresponde al capítulo sexto de su reconocida obra Para la vida del mundo. Liturgia, sacramentos, misión, Salamanca 2019, 119-133”. El título del libro corresponde a la segunda parte de 1 Co.15:55, donde la versión RVR60 traduce ¿Dónde oh sepulcro tu victoria? Pero el original griego dice “muerte”, no sepulcro. El verbo estar sirve para las dos frases.
El autor es estonio y de fe ortodoxa. Estudió en la Universidad de París, pues su familia emigró a Francia. Estudió también en el Instituto de teología ortodoxa Saint-Serge. A los 22 años contrajo matrimonio y tres años más tarde fue ordenado sacerdote. En 1951, cuando tenía 30 años se incorporó como profesor en el Seminario teológico ortodoxo de Saint Vladimir en Nueva York del cual fue decano desde 1962 hasta su muerte en 1983. Participó como observador en el Vaticano II.
En la primera parte hay nueve capítulos. En el primero plantea la cuestión de la muerte, pero en el sentido de si hay algo después de la muerte. Dice que algunos han buscado pruebas y recurrido a la ciencia pata demostrar que no hay otro mundo. Pero afirma que este no es el terreno de la ciencia, pues a esta le interesa lo que ocurre en este mundo. ¿Entonces, dónde buscamos? ¿En la filosofía? La respuesta que esta ha dado, como la de Platón, solo interesa a los que creen en la inmortalidad del alma. La respuesta de la fe cristiana es una fe que se funda en la aniquilación de la muerte y en la resurrección. Está muy bien que su respuesta sea la bíblica, pues la esperanza cristiana no está en la inmortalidad del alma, sino en la resurrección del cuerpo. La aniquilación de la muerte es el tema del segundo capítulo. Dice algo que muchos deberían tomar nota: “¡Pero Cristo jamás habló de la inmortalidad de las almas, sino de la resurrección de los muertos!” El origen de la muerte es el tema del capítulo 3. La respuesta está en Ro. 5:12: por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte. El tema principal es la proclamación de la resurrección de la carne, en el capítulo cuatro. El mensaje apostólico es el de la resurrección de Cristo. El sentido de la Pascua en donde reside en último término la fuerza y el gozo del cristianismo es que la muerte ha sido sorbida en victoria (1 Co. 15:54). Los capítulos 5 al 7 siguen la liturgia de la iglesia ortodoxa, con la semana de la cruz, la Pascua y la semana de la anti-Pascua. Concluye esta primera parte con la naturaleza humana y la religión de la salvación.
La segunda parte lleva como título general Pisotear la muerte con la muerte. Y el primer capítulo se refiere a la cultura, las religiones y el cristianismo ante la muerte. Empieza por decir que vivimos en una cultura que niega la muerte en el sentido de pretender esconder esta realidad, Pero hay culturas que son”tanatocéntricas”. El cristianismo anuncia la victoria de Cristo sobre la muerte. En el segundo capítulo se refiere a lo que llama la curación sacramental. Se basa en que el estado “normal” del hombre no es salud, sino la enfermedad. El adjetivo sacramental tiene que ver con el sacramento de la unción que católicos y ortodoxos es uno de los siete que tienen. Pero dice que su finalidad no es la salud, sino la entrada en la vida del reino. Y esta es la curación. El último capítulo lleva por título: Cristo, vida nueva. Empieza con la fiesta sagrada de la Pascua que recordamos todos los domingos, con referencia a la resurrección de Cristo a la espera del día del reino de la plenitud de todas las cosas. Aunque el tema de la victoria sobre la muerte por la resurrección es la tesis del libro, encontramos a faltar la exposición del regreso de Cristo y la consumación del reino que solo aparece en el texto que coloca al final de 1 Ts. 4:16-17. Pero ya es mucho que se haya despegado de la rémora de la inmortalidad del alma y se haya centrado en la resurrección.
Pedro Puigvert