Diez chicas que utilizaron sus talentos

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diezIrene Howat.
Ed. Peregrino. España 2013; 192 pág.

Este sencillo libro narra la historia de diez mujeres que hicieron buen uso de sus talentos, creyendo que Dios se los dio para utilizarlos bien para su gloria. Diez capítulos, uno dedicado a cada mujer, desde su infancia, su formación, hasta la madurez. Y un último capítulo con preguntas acerca de lo leído. Al final de cada capítulo hay una serie de notas para hacernos reflexionar y una oración.

La autora, Irene Howat, vive en Escocia. Ha publicado muchos libros de biografías para todas las edades. Ha escrito sobre las vidas de diferentes cristianos y ha escrito también una obra biográfica sobre su propia vida titulada “El dolor mi compañero” Es editora de una revista para jóvenes “El instructor”. Las mujeres son:

1. Anne Lawson: Una de las primeras aviadoras del mundo; y la primera ingeniera de tierra de Gran Bretaña. Trabajó como misionera en Tanzania salvando vidas con sus vuelos. Versículo clave en su vida: Proverbios 16:9.

2. Selina, condesa de Huntingdon. Ayudó a los predicadores de su tiempo (Charles y John Wesley y a George Whitefield), apoyó económicamente a fundar iglesias, escuelas y la Facultad Trevecca College.

3. Mildred Cable: Misionera en China, junto con otras dos mujeres -Eva y Francesca-, se las llamaba “el trío” y juntas evangelizaron por toda la antigua ruta de comercio de la seda. De mayores escribieron varios libros sobre sus viajes por toda China.

4. Katie Ann Mackinnon: Misionera en Kenia, enfermera, cuidadora de niños. Su propio hogar se transformó en un centro para el cuidado de niños necesitados, abandonados, huérfanos...

Abrió un centro oficial para 80 niños, en un tiempo muy difícil de hambruna en Kitui. Cuando ella se retiró a su nativa Escocia, dejó tres hogares para niños en Kenia, y su obra se ha ido extendiendo de Kenia a Tanzania, Congo, Uganda y República Centroafricana.

5.Sarah Edwards: Vivió el gran avivamiento de 1742. Criada en un hogar cristiano, fue hija y nieta de pastores; y se casó a los 17 años con otro pastor. Aunque vivió tiempos difíciles en la guerra, ella  fue una mujer fuerte que tenía el don de aceptar todo lo malo que le ocurría, sabiendo que Dios siempre hace lo que es bueno y mejor para cada uno. Versículo clave en su vida: Proverbios 3:6.

6. Patricia St. John: Sus padres eran misioneros en Brasil donde establecían escuelas bíblicas en pueblos remotos. Su padre pasaba largas ausencias viajando. Ella era muy observadora, se daba cuenta de pequeños detalles y era capaz de recordarlos, por ello más tarde pudo escribir “Treasures of the Snow” (Tesoros de la nieve) - en un viaje a Suiza-; o “The Tanglewoods Secret” (El secreto de Tanglewood) cuidando a los hijos de misioneros. Patricia supo llegar al corazón de muchos niños contando historias como “Star of Light” (Estrella de luz), “Three go searching” (Tres van de búsqueda), “The fourth candle” (La cuarta vela).

Pasó temporadas de su vida en lugares muy diferentes (Suiza, Tánger, Inglaterra, Ruanda, Beirut... y especialmente por lugares bíblicos que le permitieron escribir “Twice freed” (Liberado dos veces) la historia de Onésimo, el esclavo que huyó (Epístola de Filemón). Versículo clave en su vida: Apocalipsis 3:20

7. Helen Roseveare: Estudió medicina y se fue al Congo Belga como misionera. Sirvió en la selva como comadrona, doctora, y ayudó a construir un hospital. Trabajó en el auxilio de personas heridas en disturbios, rebeliones, etc. Más tarde construyó una escuela de formación en Nyankunde que recibió el reconocimiento oficial del Gobierno. Viajó por todo el mundo llevando el Evangelio. Escribió varios libros. Versículo clave en su vida: Salmo 46:10.

8. Harriet Beecher Stowe: Siendo como era hija de pastor, de pequeña ya quería enseñar. De mayor abrió una escuela para niñas. Ganó una competición de escritura, lo que le llevó a seguir escribiendo ensayos e historias a lo largo de su vida para ganar algún dinero. Antiesclavista. Abolicionista. Escribió “La cabaña del Tío Tom” (marzo 1852), un libro que ayudó a cambiar el mundo. Se levantó contra la esclavitud y la injusticia de su tiempo. Versículo clave en su vida: Isaías 7:9

9. Mary Verghese: Un accidente la dejó sin andar; aún así en silla de ruedas, estudió medicina, haciendo las prácticas en una leprosería. Apoyada por otro médico, fue cirujana. Con el tiempo aprendió a andar con aparatos ortopédicos en sus piernas; aunque al final de su vida estuvo postrada en cama. Debido a su estado, Mary fue de gran ayuda e inspiración a todos aquellos que iban a rehabilitación; su discapacidad no fue obstáculo para cuidar de otras personas dañadas por accidente como ella, por cáncer, tuberculosis, parálisis cerebral etc.

El dinero que ganó del premio World Vision Award, fue usado para construir un hospital de rehabilitación.

10. Maureen Mckenna: Su vida se truncó de muy pequeña cuando el médico le dijo que sufría sordera. Tuvo que dejar la natación y ponerse a limpiar casas y escaleras para ganarse la vida. Tuvo unos años muy malos hasta que en Alcohólicos Anónimos conoció a su futuro esposo. Ambos conocieron al Señor Jesucristo como su Salvador y su vida se transformó.

Empezaron a asistir a gente necesitada, a pobres, a los que no tenían casa, a drogadictos, alcohólicos... creando la ONG “Puertas Abiertas” de Glasgow. Salían a patrullar con un autobús que la misma Maureen conducía, donde podían dar de comer, cobijar a gente, charlar, aconsejar, dar apoyo a los “sin hogar”, etc. Murió en 2002 pero su obra todavía hoy continua. Versículo clave en su vida: Salmo 77:14.

Se puede encontrar más información de todas ellas en internet en inglés, excepto Selina, condesa de Huntingdon, Patricia St. John y Harriet Beecher Stowe que está en castellano.

El libro tiene algunas preguntas de repaso para hacer recordar los detalles más relevantes de las diferentes historias pero lo esencial es que puedas agradecer a Dios todos los dones que te ha dado, y que los uses de forma adecuada en todo tiempo. Si vives tu vida bajo la dirección de Dios, él te guiará por el camino correcto, y honrarás a Dios con tu vida.

Reflexiona y piensa ¿Qué dones me ha dado Dios? ¿Para qué? ¿Qué puedo hacer yo por Dios?

Abigail Rodés (Barcelona)

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