Joel Beeke.
Editorial Peregrino. Ciudad Real, España. 2016. 408 págs.
“Los devocionales diarios –esas ayudas espirituales que nos permiten rendir cuentas de una vida de oración y lectura disciplinada de la Escritura- tienen una tradición de siglos, y necesitan alcanzar determinados niveles de excelencia y lucidez para sernos de utilidad durante trescientos sesenta y cinco días. Sin duda, Juan Calvino es uno de aquellos con los que me gustaría pasar un año. John Beeke nos lleva de la mano por los textos de este reformador para darnos a conocer la ayuda y la lucidez que todo cristiano necesita para poder vivir una vida honrosa para Jesucristo.” Esta es la evaluación que hace el profesor de Teología, pastor y escritor: Derek W.H. Thomas, a modo de escueto prólogo.
Con un considerable retraso nos llega la traducción de este importante devocional diario, que comienza con las explicaciones a su selección de textos del reformador ginebrino, así: “Aunque la publicación de 365 días con Juan Calvino tiene el propósito de conmemorar el quinto centenario del nacimiento de Calvino (julio de 2009), no ha dejado de impresionarme lo intemporales que son sus textos durante la fase de preparación de esta obra. Calvino es un autor reformado en un sentido estricto y experiencial del término, puesto que aborda tanto lo que experimentan los creyentes cristianos en su peregrinaje con Dios como lo que deben hacer para crecer en su gracia y conocimiento del Señor Jesucristo. Tenemos ante nosotros el cristianismo en su mejor expresión: Calvino señalándonos a Cristo, dirigiéndonos en su caminar cristiano, desafiándonos a examinarnos a nosotros mismos y mostrándonos cómo crecer; y, a la vez, insistiendo en nuestra dependencia del Espíritu Santo. Cuando uno estudia a Calvino no puede más que advertir el impresionante abanico de experiencias que, por la gracia de Dios, dieron lugar a un cristiano extraordinariamente maduro.
Hemos organizado esta selección de una forma muy sencilla y directa. Los textos seleccionados entre enero y mayo proceden de los comentarios de Calvino al Antiguo Testamento; de junio a septiembre proceden de sus comentarios al Nuevo Testamento: los de octubre corresponden a sus sermones acerca de Efesios; del 1 al 16 de noviembre se utilizan sus sermones acerca de Timoteo y Tito; el resto de noviembre está dedicado a sus sermones acerca de 2º Samuel; y, por último, diciembre cubre sus sermones acerca de Gálatas. Al objeto de proporcionar una lectura cómoda, hemos editado los textos de una manera actual, aunque rigurosa y fiel a Calvino.”
Siguen 16 páginas (con las notas) de una biografía titulada: Juan Calvino: Una vida al servicio de la gloria de Dios. Destaca una nota: “Sorprendentemente, Calvino escribió la Institución a los veintiséis años, poco tiempo después de su conversión. La primera edición constaba de seis capítulos que abarcaban la ley (los Diez Mandamientos), un resumen de la fe (el Credo Apostólico), la oración (el Padre Nuestro), los sacramentos y la libertad y la responsabilidad cristianas. Los protestantes la aclamaron de inmediato como una apología de la fe protestante y una introducción a ella. La primera edición ocupaba la quinta parte de lo que sería la definitiva, publicada en 1559, cinco años antes de la muerte de Calvino. El autor se dedicó a esta obra durante casi toda su vida, ampliando y refinando lo que sería este clásico teológico”.
Manuel Gutiérrez Marín, en su ya clásica Antología, precisaba: “Si se pretendiese algo casi imposible como resumir el pensamiento teológico de Calvino, diríase que su teología es bíblica, antipelagiana, cristocéntrica, pneumatológica y eclesiológica. Y convendría añadir que es eminentemente escatológica”. La influencia de Calvino, principalmente a través de sus escritos, ha pervivido a lo largo de los siglos e impregnado millones de corazones. Hoy, esa influencia recibe comúnmente el apelativo de calvinismo, y es sinónimo de la fe reformada. El legado de Calvino nos ha llegado de diversas formas. David Hall apunta diez áreas clave en las que nuestra cultura es distinta por causa de Calvino. Incluye la educación, el cuidado de los pobres, la ética, la autonomía de la Iglesia, el gobierno colegiado, las políticas descentralizadas, la paridad entre profesiones, la economía, el salterio y la impresión de libros. 365 días con Juan Calvino busca transmitir algo de la genuina doxología y piedad devocional del reformador, que promueve todo el consejo de Dios.
E. Giró – Barcelona