José Antonio Pagola.
PPC. Editorial, 2014, 124 pp.
Como subtítulo tiene: “hacia la renovación de las parroquias y comunidades”. En la lectura de este libro se aprecia que su objetivo es contribuir a la reevangelización impulsada por el papa Francisco en su exhortación apostólica La alegría del evangelio (Evangelii gaudium) y “ayudar a las parroquias y comunidades cristianas a responder de manera lúcida, responsable y entusiasta a la llamada del papa En el catolicismo se observa una preocupación por el futuro de la fe católica que se va extinguiendo en nuestro país ante los cambios que se están produciendo en el mundo. De ahí que se contemple la necesidad de dar un impulso a la actividad evangelizadora. ¿Por dónde van las indicaciones del papa Francisco? Por una parte, está el aggiornamento o adaptación de la Iglesia a los tiempos de hoy, un concepto que el papa Juan XXIII acuñó al convocar el Concilio Vaticano II, pero no hay que hacer solamente eso, sino recuperar el espíritu y las líneas de fuerza que se manifestaron en dicho concilio. No obstante, esto es insuficiente para el jesuita Jorge Mario Bergoglio, ahora Francisco, papa, pues en necesario: “volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio”.
Pagola es un sacerdote licenciado en Teología por la Universidad Gregoriana de Roma y en Sagrada Escritura por el Instituto Bíblico de Roma, Diplomado en Ciencias Bíblicas por la Escuela Bíblica de Jerusalén. Ha escrito bastantes libros y entre ellos el más conocido es “El debate en torno a Jesús, aproximación histórica”, el cual tuvo un enorme éxito, levantando una fuerte controversia entre sus detractores y sus defensores. La Conferencia Episcopal Española, encontró que el libro contenía deficiencias metodológicas y doctrinales: las primeras consisten en la ruptura que se establece entre la fe y la historia; la desconfianza respecto a la historicidad de los evangelios y la lectura de la historia de Jesús desde unos presupuestos que acaban tergiversándola. Las deficiencias doctrinales son: presentación reduccionista de Jesús como un mero profeta; negación de la conciencia filial divina; negación del sentido redentor dado por Jesús a su muerte; oscurecimiento de la realidad del pecado y del sentido del perdón; negación de la intención de Jesús de fundar la Iglesia como comunidad jerárquica; y confusión sobre el carácter histórico, real y trascendente de la resurrección de Jesús. La Congregación para la Doctrina de la Fe, le pidió que en sucesivas ediciones modificara algunas cosas, pero que no le podría dar el imprimatur. Pagola Ha recogido las sugerencias y ha modificado el libro de acuerdo con ellas.
“Volver a Jesús” está compuesto de ocho capítulos: en el primero resume la búsqueda de nuevos caminos pastorales que se vivió a partir del Concilio; en el segundo señala tres “hechos mayores” que se perciben en las últimas tres décadas: 1) La reacción de autodefensa; 2) La opción por el restauracionismo; 3) La pasividad del pueblo cristiano. En el tercero, expone de manera resumida la llamada que hace el papa a impulsar una nueva etapa evangelizadora. En el cuatro ofrece unas reflexiones básicas sobre la conversión, la vida nueva con Jesús. En el quinto propone brevemente unas orientaciones para liberar la fuerza del Evangelio en sus comunidades. En el sexto ofrece algunas reflexiones para orientar su trabajo. En el séptimo sugiere algunas reflexiones sencillas y en el último presenta una propuesta concreta: los grupos de Jesús.
Observamos que todo el libro en sí es una exposición y aplicación de la exhortación papal Evangelii gaudium a las parroquias y comunidades. El lenguaje del libro puede resultar familiar al creyente evangélico, pues palabras como conversión a Jesús, nueva vida, buena noticia, pastoral, comunicar la fe, evangelio, relación con Jesús, evangelización, renovación, vivir y anunciar el evangelio, reino de Dios, testimonio del evangelio, etc., las escucha a menudo en el púlpito, pero su significado no es el mismo que tienen para nosotros. Debemos entenderlas a la luz del dogma católico, porque las mismas palabras tienen un contenido diferente. Por ejemplo, para el catolicismo, cada vez que el fiel católico acude al sacramento de la penitencia se produce su conversión. “La conversión a Cristo, el nuevo nacimiento por el bautismo, el don del Espíritu Santo” (Catecismo nº 1426). Entienden la conversión con miras a la santidad. Mientras que nosotros entendemos que la conversión es la del impío o pecador que al escuchar el evangelio, responde con arrepentimiento y fe siendo justificado por Dios en base a la obra de Cristo y su vida experimenta un cambio; seguidamente va creciendo en santidad en su vida cristiana hasta llegar a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Mientras para nosotros la justificación es un acto inicial, para el católico es un acto final, pues sitúan la santificación por delante de la justificación. Pero el NT es claro al respecto, Dios justifica al impío o pecador, no al santo.
Al final de cada capítulo hay un cuestionario con tres preguntas para reflexión, lo que cumple con la finalidad del autor para que sea usado en las parroquias en grupos.
Pedro Puigvert