Una introducción a la crítica textual de la Biblia

Andrés Mesmer, editor,
Andamio Editorial, 2021, 183 pp.

Se trata de una obra coral, pues además del editor, han participado Matthew Leighton,  Chad Reeser y Rubén Videira. Todos son norteamericanos a excepción del último mencionado. Los cuatro son profesores de teología en diversas instituciones de enseñanza teológica. En el prólogo, el editor, con arrojo singular, menciona que hay muchos libros con esta temática en otros idiomas europeos, de lo que se deduce que no tendría sentido la edición de uno más. Sin embargo, “hay muy pocos en castellano y, de los pocos existentes, muchos tienen defectos muy serios: o bien solo tratan una parte del tema o están escritos por gente no cualificada (y contienen mucha información errónea) o están obsoletos”.  Para decir esto sin indicar si se refiere al ámbito exclusivamente evangélico o dentro de estas obras en castellano incluye también los escritos  editados por católicos. Eso mismo nos planteamos cuando alude  a gente no cualificada. ¿Estaba cualificado en papirología el Dr. Josep O’Callaghan en sus libros sobre los descubrimientos del Mar Muerto? ¿Qué decir del Dr. Julio Trebolle autor de varios libros sobre crítica textual y literaria, entre el que destaca La Biblia judía y la Biblia cristiana, donde solo sobre crítica textual tiene tanto contenido como esta introducción que reseñamos? ¿Y qué decir de las obras de A. Diez Macho, L. Diez Merino, F. Pérez Castro, F. García Martínez, A. González Lamadrid, N. Fernández Marcos, J. González Luis, J.J. Alarcón, C. Alonso Fontela, J. Fernández Vallina, J. Ribera Florit y T. Ayuso, todos ellos eruditos españoles que han escrito sobre crítica textual? ¿Qué decir sobre la versión de la Biblia Textual editada por la Sociedad Bíblica Iberoamericana en castellano? Entonces, según el editor, esta Introducción debe colocarse en una categoría superior, escrita por pastores, teólogos y profesores para la iglesia de habla hispana, cuando solo uno de ellos tiene el castellano como su lengua materna.  Por esto han necesitado la colaboración de Pilar Bargüeño, Maureen Durán y Mónica Izquierdo para “traducir sus pensamientos a un español más correcto y fluido”.

El libro consta de seis capítulos y tres apéndices.  El primero introduce a los lectores en las ideas más importantes: las definiciones clave, la meta de la crítica textual, cómo surgen las variantes, la metodología y la relación entre la crítica textual  y la inspiración de la Biblia. El segundo es una historia de la crítica textual cristiana desde el siglo II  hasta el XXI. Los capítulos 3 y 4 ofrecen una visión general de la crítica textual del Antiguo y del Nuevo Testamento. El capítulo 5 explica las tres escuelas de la crítica textual del Nuevo Testamento. El capítulo 6 se refiere a las variantes, y de la razón por la que hay tantas. En cuanto a los apéndices, los lectores encontrarán una explicación de los tipos de errores en los manuscritos bíblicos, un resumen de las 150 variantes más importantes del NT y una hoja de análisis para evaluar variantes del NT.

Si no estamos al corriente de la historia de la crítica textual, podemos tener la impresión que se trata de un tipo de crítica que nació en el siglo XVIII, cuando en realidad ya hay precedentes del siglo II, tal como se expone en este libro. En la página 50 hay un error de redacción: “la Biblia Políglota Complutense fue impresa, pero no se publicó hasta 1520-1522”. Lo que ocurrió fue que el tomo V se imprimió en 1514, el tomo VI en 1515 y los tomos I-IV se imprimieron en 1517, pero para poder venderse hacía falta la autorización papal, que  no llegó hasta 1520 y se vendió en 1522. Por tanto deben modificar el término “publicó” por “distribuyó o vendió”.

Aunque hay referencias a los papiros descubiertos en las cuevas de Qumran, solo se mencionan las del AT, sin embargo, se encontraron nueve papiros del NT que han sido descifrados y ocho de  los que falta alguno por descifrar, porque todavía sigue el debate sobre las identificaciones de O’Callaghan.

Esta introducción será muy útil para las clases de Bibliología y Hermenéutica en seminarios, institutos y escuelas de formación bíblico-teológica, por lo que la recomendamos a todos los estudiantes y a quienes tengan interés por el tema.

Pedro Puigvert

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