El evangelio de la resurrección

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Joseph Moingt.
PPC. Boadilla del Monte, Madrid. 2020. 100 pp.

Es Pablo quien nos instruye en el lazo que une el Evangelio con la resurrección en 1ª Co. 15:1-22, Ro. 4:24-25; 10:9. Porque, así como, sin la entrada del pecado, no habría historia, sin la resurrección de Cristo, no habría futuro.

Con tiempo para que llegue a los lectores y puedan empezar su lectura para la Cuaresma de estas "Meditaciones espirituales", la editorial PPC introdujo en su colección Sauce (226), este importante tema: "El Evangelio y la Resurrección".

Es el prólogo, que nos informa de dónde procede el contenido, y comienza afirmando que: "El misterio de la resurrección de los muertos es el corazón del cristianismo. Y creer en la resurrección de Jesús es el elemento central de la fe cristiana. Como les dice el apóstol Pablo a los cristianos de Corinto; Si Cristo no ha resucitado, tanto mi anuncio como vuestra fe carecen de sentido (1 Co. 15:14). No obstante, si la fe en la resurrección de Cristo es la pieza maestra de nuestra fe cristiana, no por ello deja de suscitar preguntas. ¿Qué significa que Cristo ha resucitado? ¿Cómo recapitula en sí este acontecimiento toda la historia y le da sentido? ¿Qué nos dice sobre Dios y sobre nosotros? ¿Cómo me afecta hoy ese ‘rumor de resurrección’ y cómo cambia mi vida y la del mundo? Tantas preguntas -y muchas otras- que nos impulsan a reflexionar y a intentar comprender. Nos invitan a escrutar la palabra de Dios y la tradición de la Iglesia; nos llevan a situarnos ante Dios para que él nos introduzca en la inteligencia y el corazón de su revelación. Esta breve obra pretende ser una ayuda para entrar en ese camino, permitiéndole a un público amplio beneficiarse del texto de las seis "Meditaciones espirituales" pronunciadas en la iglesia de San Ignacio, de París, durante la Cuaresma del año 2008 por el P. Joseph Moingt sobre el tema de "la fe en la resurrección de Jesús".

El P. Moingt es un teólogo jesuita de renombre y ha enseñado sucesivamente en la Facultad jesuita de Lyon-Fourvière, en el Instituto Católico de París y, en las Facultades jesuitas de París (Centro Sèvres). Dirigió durante años la revista Recherches des Sciences Religieuses y es autor de numerosas obras de referencia. Pero no es un tratado de teología sobre la resurrección lo que aquí nos propone el autor, aunque la exigencia intelectual y el arraigo en las Escrituras subyacen naturalmente a su propósito. son las meditaciones de una persona de fe que quiere dar testimonio de la esperanza que la habita y ayudar a cada uno, de manera sencilla pero profunda, a alimentar hoy día su propia inteligencia con aquello que cambió de modo definitivo la mañana de Pascua."

El autor introdujo sus conferencias en estos términos: "El tema de nuestras meditaciones de la Cuaresma de 2008, que van a girar en torno a la resurrección de Jesús, es particularmente adecuado al tiempo litúrgico de la Cuaresma, que nos prepara a las celebraciones del misterio de Pascua. Quisiera abordarlo especialmente desde el ángulo de la fe, con el propósito de explorar todo lo que la fe involucra en ese misterio, toda la revelación que contiene y también, a su vez, interrogar a la fe que le concedemos a un acontecimiento que parece escapar al tiempo y a la visibilidad de la historia.

La razón para reflexionar sobre la relación de la fe y la resurrección de Jesús es doble. Por un lado, la resurrección es el fundamento de la fe en Cristo, Hijo de Dios; es el objetivo esencial e incluso el todo de la fe, porque la totalidad de la revelación se desvela en el acto por el que Dios resucita a Jesús para atraernos a él. Por otro, parece, sin embargo, que se ha hecho más difícil en nuestra época creer en esa resurrección, pues no se puede someter a los controles de la ciencia histórica, hace pasar la fe en Dios por la fe puesta en un ser humano y su corolario inmediato, la resurrección de los cuerpos parece desafiar a la razón.

Nuestra primera meditación está dedicada a iluminar la relación entre fe y la resurrección, tal como quedó expuesta en el testimonio más antiguo que tenemos de ella, el de san Pablo: hace de la resurrección de Jesús tanto la base como el centro y la finalidad de su enseñanza, pero vinculándola estrechamente a la predicación de la cruz, denunciada como un "escándalo" por la razón e incluso por la misma creencia en Dios. Establecidos estos dos puntos, presentaré los principales aspectos de la resurrección de Jesús, sobre los que meditaremos las semanas siguientes".

Las divisiones en que distribuyó sus seis conferencias fue: 1.- fe y resurrección. a) El Evangelio de la resurrección. b) El escándalo de la cruz. c) El misterio de la resurrección.

 2.- La resurrección de Jesús, acontecimiento de la historia. a) El "tercer día". b) "Se les apareció durante cuarenta días". c) "Según las Escrituras". d) "Dios lo ha resucitado". 3.- historia de la salvación y resurrección. a) La liberación de la muerte. b) La creación nueva. 4.- Revelación de Jesús como Cristo. a) Proclamación de la identidad de Jesús. b) Un trabajo de memoria. c) La escritura de la historia de Jesús. 5.- La Trinidad de Dios revelada por el Espíritu del resucitado. a) El Padre revelado en el Hijo. b) El Hijo revelado por el Espíritu. c) Dios Trinidad revelado como amor. d) El Dios que viene. 6.- El anuncio de la resurrección hoy. a) El memorial eucarístico. b) El ministerio de la reconciliación.

Su desarrollo, siempre basado en textos bíblicos es inteligente, aunque en algunos momentos de sus exposiciones no puede eludir su espíritu académico, y aquello que nos anunciaba el prólogo "de manera sencilla" se resiste, y mejor que el lector tenga alguna mínima base teológica para llegar a enriquecerse de todo lo expuesto.

Se sabe que los judíos, y especialmente los fariseos, creían en la resurrección de los muertos, tal como lo muestra la respuesta de Marta a Jesús (Jn. 11:24), lo que no podían comprender era una resurrección también corporal, por eso las dudas de la resurrección individual de Jesús y por ello tuvo que mostrarse múltiples veces y durante días para hacerse creíble y reforzar su fe. ¡Gloria sea dada a Dios por la resplendente resurrección de Jesús!

E.V. Giró

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