S. Stuart Park - Ediciones Camino Viejo, Valladolid, 2012, 229 pp.
Este libro es diferente. No abundan las obras escritas por autores evangélicos en que podamos hallar la calidez de un sentimiento amoroso hacia sus cinco nietos, una descripción de paisajes sugerentes, una enseñanza de aspectos esenciales de las Escrituras, ilustraciones a modo de pequeñas historias y una atmósfera poética, aunque esté escrito en prosa. No en balde Stuart Park es Licenciado en Filología Románica por la Universidad de Cambridge y doctorado en Literatura Española por la Temple University de Philadelphia (EE.UU.). Conoce y maneja el español con extraordinaria soltura, pero en este libro se supera.
Quien ha leído sus libros o sus artículos en Alétheia, conoce el estilo inconfundible que imprime en todos sus textos. Pero este libro es diferente. Ha puesto el corazón en él de una manera especial. Las palabras de la contraportada de José Jiménez Lozano, poeta, periodista, narrador y ensayista, expresan con toda nitidez en pocas palabras la naturaleza de esta obra: «He leído estas cartas con placer. Sin duda importan los destinatarios, pero, en cuanto a la parte sustancial que es la calidad del texto –esto es, lo que dice y con la claridad, sencillez y sentimiento con que lo hace– pues no es que me haya llamado la atención porque los textos suyos son así, pero sí que haya dado ahí un paso adelante en honor de sus nietos. Las cartas se leen solas, e incluso la datación ofrece ya el inicio de un clima. Una cosa así no sale siempre de la pluma. Ni se encuentra fácilmente; es especial si se tocan temas, pongamos por caso, como la figuración real de Jesús en el Antiguo Testamento».
El origen de las cartas surgió de una conversación familiar: dos temas ocupan el lugar de honor en su corazón: sus nietos y la Biblia. Con estos ingredientes y algunos otros ha elaborado esta obra que es una joya engastada en la vida del autor de la que fluye de manera natural. Dice en el prólogo: «La Biblia que desde la niñez ha moldeado mi forma de ser y estar en el mundo, y los cinco amados nietos que han traído gozo y alegría a sus abuelos en esta etapa final de nuestras vidas».
S. Stuart nació en Preston, condado de Lancashire (Inglaterra), pero es vallisoletano de adopción desde su juventud.
Para hacernos una idea tomemos una carta como modelo y veremos el patrón que sigue en líneas generales aunque con variantes: las cartas llevan un número y el lugar desde donde se escribieron durante una visita. En una pequeña localidad de Castilla que tiene una magnífica Colegiata, tras visitarla compara la creación humana con la creación de Dios y ver las diferencias. Esto le da pie para escribir a sus nietos sobre el Creador de todas las cosas en contraste con la teoría del Big Bang acudiendo al libro del Génesis y descubriendo en él a Jesús como el autor de la Creación.
Explica la parábola del sembrador y seguidamente cuenta la historia de John Newton y William Wilberforce y su lucha por la abolición de la esclavitud que ilustra cómo la semilla del evangelio cayó en su corazón y que se expresa en el magnífico himno “Amazing Grace” (Sublime gracia) como lo traduce la versión en castellano, aunque según un misionero norteamericano es mejor traducirlo por “Gracia sorprendente”. Y así sucesivamente, carta tras carta, va desgranando las doctrinas de la creación del ser humano, la caída, la fe que justifica, el sacrificio de Isaac que no llegó a consumarse, pero que expresa el amor de Dios. La revelación del nombre de Dios y la redención de Israel, los diez mandamientos. Seguidamente destaca los aspectos más destacados de cada uno de los libros que componen el AT. Aunque las historias corresponden al AT, siempre las relaciona con el NT y sobre todo con Cristo. Es así hasta la carta 19. A partir de ahí empieza con el NT exponiendo el nacimiento, el ministerio y las enseñanzas de Jesús. Su muerte, resurrección y ascensión a los cielos. El envío del Espíritu Santo y la fundación de la Iglesia y su expansión. Termina con la Revelación de Jesucristo.
Aunque es evidente que hay doctrina y comenta algunos pasajes de una manera que sus nietos puedan entenderlo, no es propiamente un libro de doctrina ni un comentario bíblico, puesto que ya hemos señalado su verdadero carácter y objetivo. Por eso, el autor se permite algunas licencias que de otro modo no tendrían lugar.
Cada carta lleva una ilustración en la parte superior derecha que alude a algún aspecto del contenido de la misma. Estas deliciosas ilustraciones y el mapa de los países en donde se señala el lugar en que se escribió cada carta son obra de Ana Kus Park, su nuera. La imagen de la portada es un detalle de “Viento amarillo”, de Gonzalo Martín-Calero, óleo sobre papel de 1994.
Desde hace 20 años, cuando Stuart Park lanzó su primer libro, “Desde el torbellino”, el autor ha tenido una rica y valiosa producción literaria. En la actualidad, Park continúa escribiendo, a un mayor ritmo, y por ello da salida con asiduidad a nuevos títulos bajo una editorial de propia fundación, Camino Viejo. Esta es la novena obra con sello de esta editorial.
Pedro Puigvert, Barcelona