El pecado

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El concepto de pecado en la Biblia

El pecado forma parte de la experiencia de todos los seres humanos. Algunos,cándidamente creen en la bondad esencial del hombre y quieren soslayar la realidad del pecado maquillándola con expresiones como “leves defectos” o “debilidades” de las que  no somos responsables y que se pueden eliminar con medidas correctivas, pero a la larga se dan cuenta que no es así. Porque no se trata de luchar contra cierto tipo de pecados, sino con el problema del pecado como una enfermedad moral profundamente arraigada, un mal que pertenece a la misma naturaleza humana. "Está sujeto a la depravación y la condenación, y es igualmente impotente para contrarrestar la primera o evitar la segunda" (J.M. Pendleton).

Es prácticamente imposible dar una definición de pecado que haga justicia a todo lo que la Biblia enseña sobre el mismo. Sin contar los términos derivados, en el NT tenemos unas 20 palabras diferentes que se traducen por pecado aparte de los términos sinónimos que se hallan en el AT. Tomando todos estos vocablos en conjunto,"el concepto de pecado designa el múltiple fenómeno de los yerros humanos, que llegan desde la másinsignificante trasgresión de un mandato hasta la ruina de toda la existencia" (W.Günther). En teología se ha acostumbrado a definir el pecado como "falta de conformidad a la ley de Dios". Y si tenemos en cuenta que la demanda central de la ley es amar a Dios, entonces pecado es todo lo contrario. El mal moral es separación de Dios, oposición a Dios, odio a Dios, y esto se manifiesta en constantes transgresiones de la ley de Dios en pensamiento palabra y obra (Ro. 2:12-14, 4:15, Stg. 2:9, Un. 3:4). Todos estos textos nos muestran que la Biblia ve el pecado en relación con Dios y con su ley, es decir, en primer lugar es un concepto teológico.

1. El pecado en el AT
Tenemos cuatro raíces principales:

1.1. ht' (letras jet,tau). Es la más común de todas y juntamente con sus derivados como hattat, transmite la idea general de errar el blanco o desviarse de la meta (Jue. 20:16, aunque aquí no tiene un sentido moral). Asimismo en su aspecto de desviación moral con respecto a los hombres (Gn.20:9) o en relación a Dios (Lm. 5:7). También se utiliza el sustantivo.  Quizás es el término que mejor expresa el sentido teológico que hemos mencionado como desviación de una norma moral, generalmente la ley o la voluntad de Dios (Ex. 20:20, Os. 13:2).

1.2. ps' (letras pe, sin). Como por ejemplo el sustantivo pesha que indica la acción de ruptura de una relación, es decir, rebelión, transgresión, prevaricación. Aparece en sentido no teológico con referencia a la secesión de Israel de la casa de David (1R. 12:19). Cuando se aplica al pecado, quizás es el término más profundo que tenemos en el AT, porque tiene un significado teológico ya que se trata del pecado que consiste en rebelarse contra Dios, desafiando su soberanía y gobierno (1R. 8:50, Is. 1:28).

1.3. 'wh (letras vau, he) Se trata del sustantivo avon y transmite la idea de perversión o depravación, trastorno, como por ejemplo, (Is. 24:1, Lm. 3:9), en su sentido no teológico. Cuando se refiere al pecado, refleja el pensamiento de un mal realizado deliberadamente, como por ejemplo, "hacer iniquidad" (2 S. 24:17, Dn. 9:5). Destaca también la idea de la culpa que surge del mal cometido deliberadamente (Gn. 44:16, Jer. 2:22). Igualmente puede referirse al castigo que recae sobre el pecado (Gn. 4.13, Is. 53:11).

1.4. ra (letra resh, signo qamec). Con el que tenemos el sustantivo rasha que significa maldad, actuar maliciosamente (2 S.22:22, Neh. 9:33).

Hemos mencionado únicamente las raíces básicas, con algunos ejemplos, pero a todo esto deberíamos añadir los términos derivados, además de otros vocablos como sagah que significa desviación del camino correcto (Ez. 34:6). Indica el pecado producido por la ignorancia, por errar o por desviarse (1 S. 26:21, Job 6:24). A veces se emplea en el contexto del culto como pecado contra normas rituales no reconocidas (Lv. 4:2). Por último tenemos el término amal que se refiere al mal hecho a otros (Pr. 24:2, Hab. 1:13).

2. El pecado en el NT
Como podremos  comprobar, las ideas que tenemos expresadas en el AT se hallan en algún caso en el NT. Por eso vamos a limitarnos a las más importantes y así profundizar el concepto de pecado en otros contextos.

2.1. Adikeo. Significa cometer una injusticia, portarse injustamente. Con este vocablo la traducción de los LXX ha vertido 24 palabras hebreas. En doce ocasiones lo ha hecho como: “hacer una injusticia”, “oprimir”, “violentar”, con referencia a las relaciones humanas (Sal. 119:121). Las doce restantes son adjetivas y sustantivas con lo que haríamos la lista  interminable y queremos limitarnos al NT. Este término aparece frecuentemente en la literatura griega y está formado por una (a) alfa privativa que se opone a los términos positivos dike (justicia) y derivados, y significan lo contrario, es decir, injusticia. Como concepto se insertó en el pensamiento jurídico y vino a designar delitos concretos como por ejemplo, el robo, el fraude y el incesto. En el catálogo de los vicios, adikía es un concepto muy amplio. También era usado en el ámbito religioso y llegó a significar eldescuidar los deberes respecto a los dioses. El injusto no responde a las exigencias de la divinidad y por eso se hace culpable ante ella.
En el N.T. el verbo adikeo se usa solamente 24 veces con el sentido de hacer injusticia, dañar en relación a otros hombres (Mt. 20:13,-agravio- Hch. 7:24, -maltratado-Gá.4:12-agravio-). En Ap. se refiere a cosas (6:6,-no dañes- 9:4). En cuanto a la voz pasiva tenemos el significado de sufrir una injusticia y se refiere a las relaciones humanas (2 Co.   7:12, 1Co. 6:7).
Cuando el apóstol Pablo escribe sobre los gentiles en Ro. 1:18 y ss. emplea el término adikía, cuando lo normal hubiera sido que usara el dehamartía (errar el blanco). La ira de Dios se revela sobre aquellos que le conocen, en tanto que criaturas, y que le debían adorar. En Ro. 1.29 el término injusticia es un concepto amplio al principio de un catálogo de vicios. A este uso corresponde 1 Co. 6:1 donde los injustos se contraponen a los santos. Se denominan gentiles los que todavía no conocen la justicia por la fe y, por lo tanto, se hallan sometidos a su injusticia y a la ira de Dios. Estos no heredarán el reino de Dios (1Co. 6:9). Por otro lado, la justicia de Dios descubre la injusticia humana (Ro.3:5).El abismo entre la justicia de Dios y la injusticia humana es salvado por Cristo, el cual se pone en lugar nuestro como el justo (Ro.3:24,2Co.5:21).En este mismo sentido, Pedro dice que Cristo murió, el justo (dikaios) por los injustos (adikon) para llevarnos a Dios(1P.3:18).Tanto para Pablo como para Juan,adikía es un término que utilizan en contraposición a alétheia (verdad) Jn. 7:18. La consecuencia de la fe en Cristo no es solamente la eliminación del pecado como poder, sino también el retorno a una vida en  verdad o justicia (2 Ts. 2:11-12). De ahí que en la iglesia ya no deben tener lugar loslitigios o pleitos de tal manera que Pablo amonesta a los corintios (1 Co. 6:1-11) a prescindir de ellos y preferir sufrir la injusticia que practicarla.

2.2.  El grupo de palabras más importante que tenemos en el NT, traducidas por pecado, es el infinitivo hamartano (fallar, pecar) juntamente con el sustantivo hamartía (fallo, pecado) y sus derivados. Hamartano significa originariamente (desde Homero) fallar, errar el blanco, faltar, no conseguir una cosa, engañarse. Corresponde al hebreo hattat.
Este grupo de palabras que se entronca directamente con su uso en la LXX, sirve en el NT para expresar de una manera particular todo lo que va en contra de Dios. Pablo y Juan son los escritores del NT que desarrollaron de manera más amplia y también más profunda esta concepción de pecado. Se usa en el NT para designar el pecado del hombre que en última instancia se dirige contra Dios. Antes de ver algo en Pablo y Juan, conviene que nos detengamos en Jesús.
Jesús utiliza el concepto de pecado veterotestamentario, como lo podemos apreciar en los sinópticos. Usa hamartía hamartema en conexión con el perdón de los pecados (Mt. 18:15, Lc. 17:3). Pero Jesús hace algo más que utilizar el concepto judío de pecado, se coloca por encima del concepto judío de pecado y establece su persona y venida como medida nueva que introduce una nueva realidad. La nueva realidad se muestra en la conducta de Jesús respecto a los pecadores. Porque precisamente él ha venido para salvar a los pecadores y no a los justos (Mr. 2:17 y pp.). Conectado con su misión en este mundo, Jesús es llamado "amigo de los pecadores” (Mt. 9:10, 11:19). En las palabras de la institución de la Cenadel Señor, en lugar de la expiación ritual, Jesús ofrece el sacrificio de su vida por los pecados (Mt. 26:28).
La mejor exposición sobre el pecado hecha por el apóstol Pablo la encontramos en los capítulos 1 a 8 de la carta a los Romanos. Como ya hemos señalado, curiosamente, Pablo apenas usa este grupo de palabras en los tres primeros capítulos. El apóstol se refiere tanto a judíos como a gentiles, los cuales fracasan por igual ante la justicia de Dios. Además incurren en la ira de Dios debido a su incredulidad y a las acciones injustas que de ella se derivan. El hombre sin Cristo y sin fe está abocado a la muerte. Esto se ve claramente en Adán (Ro. 5:12-21). Adán por el pecado ha puesto en marcha la muerte; a partir de entonces esa línea alcanza a todos los hombres. Pero el nuevo Adán, Cristo Jesús, con suvenida al mundo y su muerte (Ro. 5:8, 6:3) en la cruz asestó un golpe a la muerte tomando sobre sí, en lugar de los hombres, la maldición de la ley (Gá. 3.10-14). Borró el pecado cargando con él (Ro. 8:1). Pablo no ofrece una doctrina sistemática sobre el pecado, sino que establece la victoria de Jesucristo sobre el imperio de la ley, del pecado y de la muerte, en cuyo lugar se levantan la justicia y la vida.
En los escritos de Juan el concepto de hamartía entra en el marco de la existencia de Cristo que viene a este mundo y lleva sus pecados como el Cordero de Dios (Jn. 1:29). El que es sin pecado, derrama su sangre por los pecados del mundo, es decir, por los hombres que se han alejado de Dios (1 Jn. 1:7, 2:2, 4:10, Ap. 1:5). Pecado es la incredulidad de los judíos (Jn. 15:21-25. Ellos consideraban a Jesús pecador (Jn. 9:16), cuando los pecadores eran ellos (Jn. 9:41).

2.3. El tercer grupo de palabras está compuesto del verbo parabaíno (ir junto a, pasar de largo, descarriarse) juntamente con todos sus derivados entre el que se encuentra el sustantivo transgresión y significa apartarse de la dirección originaria y adecuada. Mientras los términos anteriores se concebían en sentido general contra el derecho o la justicia o se orientaban contra Dios, parábasis (trasgresión) se relaciona con las instituciones divinas, como por ejemplo el pacto (He.9:15),la ley (Stg.2:9-11,con el mandamiento y la tradición (Mt. 15:2). A excepción de los textos mencionados, los demás   en que aparecen este grupo de palabras pertenecen exclusivamente a Pablo.

2.4. En cuarto y último lugar tenemos el grupo de palabras cuyo verbo es parapípto (caer al lado, extraviarse, pecar) y el sustantivoparáptoma (traspié, mal paso, caída, pecado). La concepción figurada de este término en su origen se halla en que alguien se desvía delcamino. El verbo lo tenemos únicamente en He. 6:6 y el sustantivo se halla solo en Mt. 6:14 y pp., que ha sido traducido "ofensas" RVR60, NVI, "el mal que os han hecho" (VP) y en las cartas de Pablo, como por ejemplo en Gá. 6:1 por “falta” (RVR60) y “pecado” (NVI).

Conclusiones
Como resumen a toda la exposición, podemos formular unas conclusiones:

1. El pecado es la ruptura de la relación con Dios. Todos los pecados personales o particulares pueden entenderse como indicio del único pecado que consiste en una vida sin Dios, en la incredulidad, en la falta de esperanza y en la negación del amor. Por eso la culpa concreta y la transgresión de la ley tienen que ser referidas a la única raíz del alejamiento de Dios.

2. Tanto en la sociedad como en la iglesia, existe todavía una tergiversación moral del pecado. Es aquella que podemos ver reflejada en la actitud del fariseo, es decir, la vida exterior de una persona que aparece como intachable y se justifica a sí misma, y a la vez,
quiere camuflar su propio enjuiciamiento de los demás. Jesús se sentó a la mesa con los pecadores y mostró que tanto el fariseo como el publicano, el hijo que malgastó todo su dinero como el que quedó en casa, necesitan el perdón y tienen que empezar una nueva vida.

3. Junto con el pecado personal, la Biblia condena igualmente el pecado estructural, institucional, colectivo. Israel es el ejemplo del pueblo que se aleja de Dios cuanto más se acerca a los ídolos. Y la iglesia y las iglesias no se escapan de la ley del pecado.

4. Pero el pecado colectivo no nos debe hacer perder de vista que, en última instancia, todos somos responsables personalmente. Y también personalmente tenemos que responder ante Dios de nuestros pecados de una manera individual.

5. Como hemos podido comprobar a través de los distintos términos que tenemos en la Biblia para designar el pecado, este es un tipo de maldad moral, una injuria contra el carácter santo de Dios. Cuanto contemplamos la gloriosa santidad de Dios, nos damos cuenta como Isaías, de nuestra miseria moral y de la horrible iniquidad que el pecado comporta. Por eso la Biblia llama al pecado impiedad, iniquidad, disconformidad con la ley de Dios, injusticia, perversión, maldad, depravación, trasgresión, delito, inmundicia, errar el blanco, descarriarse.

6. El pecado tiene carácter absoluto porque va contra Dios que es el Bien absoluto y porque no existe una zona neutral entre el bien y el mal, desde el punto de vista ético personal.

7. Por último debemos señalar que nosotros no somos pecadores porque cometemos pecados, sino que al ser pecadores por naturaleza pecamos. Por eso envió Dios el Padre a su Hijo Jesucristo al mundo para que sin haber cometido pecado, fuese hecho ofrenda por el pecado a fin de que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. Y por la fe en él, podemos tener el perdón de nuestros pecados y la vida eterna.

Pedro Puigvert